jueves, 16 de febrero de 2012

Oremos?


El popular y simpático San Valentín (presbítero y mártir) fue una de las víctimas de la reforma litúrgica post-vaticanosegundista. Cayó del Misal y quedó relegado, dejando vacante el 14 de Febrero.

La fecha, sin embargo fue pronto re-ocupada. La devoción del Papa (ya beato) Juan Pablo II introdujo como Santos del 14 de Febrero a los santos hermanos Cirilo y Metodio, cuya memoria ya constaba (en otra fecha) en el Santoral, pero cuya popularidad era practicamente quasi 0 entre los católicos de rito romano (salvas locales, conspicuas y eruditas excepciones).

Así nos encontramos en el neo-Misal con dos estupendos Santos, evangelizadores de los pueblos eslavos, misioneros del Oriente europeo en los años en que el Occidente decaía y sucumbía ante los infieles mahometanos. Los Santos Hermanos entraron por la puerta grande, con rango de Fiesta y neo-título de co-patronos de Europa junto con San Benito (luego, años más tarde, vendrían las co-patronas, también regalo de la personal devoción del Papa Wojtyla).

Pero este articulete no va, propiamente, sobre San Cirilo, ni San Metodio, ni tampoco sobre San Valentín. Mi intención era criticar con una muestra la perversa ideologización introducida en los textos que se rezan en la Santa Misa, en la 'Oración Universal' u 'Oración de los Fieles'.

El esquema de esa oración sigue, remotamente, un modelo aportado por dos antiguas oraciones, tipo responsorio

- las Oraciones del Viernes Santo, que se rezan después del canto de la Pasión, antes de la adoración de la Cruz

- las Preces que se añaden en Cuaresma, los Miércoles y los Viernes y algunas otras ocasiones más, a los rezos de Laudes y Vísperas (breviario tradicional)

Siguiendo (remotamente) aquel esquema, la moderna Oración de los Fieles presenta una serie de intenciones que deben seguir este orden:

a) Por las necesidades de la Iglesia
b) Por los que gobiernan el Estado y por la salvación del mundo
c) Por los que sufren cualquier dificultad
d) Por la comunidad local (cfr. OGMR nº 45-46, edición Misal Romano en español, 1988)

Comparen y distingan matices entre estas indicaciones y estas otras que aparecen en La Oración de los Fieles, Secretariado Nacional de Liturgia, Conferencia Episcopal Española, 6ª edición 1992:

1) Por la Iglesia universal y local
2) Las naciones y los asuntos públicos
3) Los que sufren cualquier dificultad
4) Determinados grupos de personas

En esta misma edición, entre las indicaciones que aparecen numeradas bajo el epígrafe Orientaciones Pastorales (a manera de de introducción), en el nº 17, se dice textualmente:

17. Para que esta oración exprese la verdadera intercesión de la Iglesia, ciertamente universal aunque adaptada a todo tiempo y lugar, existe la libertad de variar las fórmulas y de acomodarlas a la índole de las distintas regiones o pueblos.

El texto parece un ejemplo tópico desarrollado desde el estilo de la Sacrosanctum Concilium, con esa característica construcción que primero indica y prescribe y luego anula lo dicho concediendo una amplia e indefinida facultad para cambiar, corregir e improvisar según unas supuestas circunstancias ocasionales, ad libitum, practicamente.

Aparte esta consideración, no sé bien (¿alguien lo sabe?) qué se quiso decir cuando se dice que "...exprese la verdadera intercesión de la Iglesia...adaptada a todo tiempo y lugar". ¿A todo tiempo? ¿A todo lugar? Y tambien me pregunto si se está diciendo que la autencidad de la oración de la Iglesia estriba en su variabilidad según la índole geográfico-cultural. ¿Es así, así lo creían y enseñaban los responsables de esta edición preparada por la Comisión Litúrgica Nacional? No me atrevo a responder porque me temo que sí, que pensaban eso.

Del texto del nº 19, un párrafo más abajo, se pueden extraer alarmantes tesis eclesiológicas, lean:

19. La presente edición del Libro de la Oración de los Fieles, ampliamente renovada respecto de ediciones anteriores, ha sido aprobada por la Comisión Episcopal de Liturgia de España en nombre de la Conferencia Episcopal Española. Los formularios que contiene son modelos válidos y aptos para llevar a cabo el ideal de la participación consciente, activa y fructuosa del pueblo cristiano en esta plegaria, que con todo derecho y razón le pertenece

He marcado en negrita lo más alarmante: La 'razón y el derecho' (todas) que asiste al 'pueblo cristiano' para identificar (reclamar? reivindicar? sostener?) estas 'oraciones de los fieles' como algo 'suyo', de su 'pertenencia'. ¿Quizá en la mente del liturgo-redactor de la Comisión Nacional de Liturgia latía un sentimiento polarizado que oponía/distinguía la oración del sacerdote de la oración del pueblo'? ¿Pensaba que en los formularios de la oración de los fieles se expresaba la idiosincrasia de los laicos frente al carácter sacerdotal del celebrante? ¿Qué quería decir con esta contundente y quasi-desafiante afirmación?


Pero volvamos - permítaseme - a los Santos co-patronos europeos Cirilo y Metodio, para ponerles de muestra el estilo extravagante e impropio que alcanzan los formularios de la edición de marras. Vean:


Dirijamos nuestra oración a Dios Padre, unidos todos los hermanos en Cristo, para que los pueblos de Europa sepan reconocer y vivir su tradición grande de fe y de civilización.

R. Venga a nostros tu Reino, Señor

- Para que Europa, evangelizada por el testimonio de los apóstoles, de los mártires y de los innumerables confesores de la fe, recupere en plenitud la propia identidad humana y cristiana.
Roguemos al Señor.

- Para que las Iglesias de occidente y de oriente pongan en común sus dones y unan el espíritu de contemplación y de oración al fervor apostólico por la extensión del reino de Cristo.
Roguemos al Señor.

- Para que todas las lenguas y culturas se hagan instrumento de evangelización y de promoción humana al servicio de la justicia y de la paz universal.
Roguemos al Señor.

- Para que los países del Este puedan gradualmente crecer en la democracia, en la libertad y en el progreso.
Roguemos al Señor.

- Para que nuestras comunidades cristianas promuevan la reconciliación entre las generaciones y las clases sociales con la fuerza del amor, que vence toda violencia y dilata los ánimos en la esperanza.
Roguemos al Señor.

Dios, Padre de todos los hombres, ante tí nadie es extranjero, nadie queda excluído de tu paternidad; por intercesión de los santos Cirilo y Metodio, haz que los pueblos de oriente y occidente promuevan en el mundo una era de fraternidad y concordia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

R. Amen.

He marcado también en negrita, para destacar. Si tiene Uds. un mínimo de sensiblidad católica, habrán sentido parecida repugnancia a la que yo siento cuando me veo ante esas 'intenciones' con esas expresiones:

Algunas suenan a discursete de logia, a discursillo de parlamento, a mítin de tabladillo, a panfleto partidista. Un lenguaje político usado en un contexto sagrado, litúrgico. Con una intencionalidad confusa, que parece identificar el mundo con el Reino de Dios, o la Iglesia con la sociedad civil.

Estos textos aparecen en un libro litúrgico, que se usa en el altar, en el ambón, durante la Santa Misa. Son suficientemente indicativos de la degeneración de la liturgia post-conciliar, su mundanización/socialización.

No suelo seguir semejantes guiones, no los recibo con aprecio, me resultan indignos. Me veo obligado a corregir e improvisar sobre la marcha (y no me pueden censurar puesto que el texto mismo, aprobado por la CEE, me confiere esa facultad, como he comentado más arriba).

Y como esto, todo lo demás. Y en particulares más graves. Ayer mismo comentaba con otro sacerdote las improvisaciones de la Plegaria Eucarística que suelen efectuar habitualmente muchos sacerdotes, con la indiferencia de los fieles, que se dejan llevar/conducir por le celebrante, y la pasividad indolente de los obispos, que ni quieren ni pueden remediar y/o corregir.

No quieren, porque muchas veces están de acuerdo con los infractores. No pueden porque no tienen medios para obligar y, si se atrevieran a censurar, obtendrían como respuesta la desobediencia, la contestación y/o el abandono del ministerio por parte de los sacerdotes transgresores.

En este ambiente se comprende el avance de movimientos como la pfarrer initiative del clero des-católico austriaco, y otras por el estilo.

Mientras, en los seminarios se expone la liturgia 'acomodable' de los liturgistas vaticanosegundistas y en las curias episcopales se ponen trabas o se aprueban sub mínimis, restrictivamente, las celebraciones de la Santa Misa según el rito tradicional (forma extraordinaria, según Summorum Pontificum)

Lo peor y más grave, sin embargo, es que el clero más moderado, incluso los curas que se consideran 'conservadores' no ven defecto en estos textos que he citado, al contrario: Muchos han adoptado ese lenguaje politizado, esos ideales sociales mixtificados con conceptos evangélicos, asumiéndolos como algo pastoralmente válido o identificativamente cristiano.

Estas y como estas son las circunstancias litúrgicas con las que se encuentra un sacerdote en el altar. Las situaciones son variadísimas, debatiéndose entre dos polos:

- los repentizadores improvisantes, ocurrentes y creativos que inventan una liturgia para cada misa, con apenas un mínimo reconocible/válido

- los obedientistas/oficialistas que se ciñen al texto-rúbrica y que presumen de observantes porque hacen lo que está mandado...y terminan rezando por esas intenciones, con esas expresiones que he transcrito, "...para que los países del Este puedan gradualmente crecer en la democracia, en la libertad y en el progreso". Sic.

Repito, insisto, que lo peor es que piensan que lo que están pidiendo dignum et iustum est.

p.s. Témome que el ya Beato JP2º pensaba que también.


+T.